Monday, April 17, 2006

la tía (II)

creo que tan sólo necesitaba de alguien que la escuchara, alguien que pusiera cara de cojudo o de atención frente a sus lecciones, a su experiencia, a la manera cómo contaba su éxitos y logros (a su modo de ver), alguien con quien caminar por los fríos pasillos del hospital, alguien con quien conversar. tal vez sólo era eso; quizá ahí estaba el origen a todo su malhumor, a esas ganas irremediables de joderte la existencia, a ese empeño en hacerte ver que no sabes nada de nada, a esa mirada de tristeza, oculta tras sus viejas gafas de sol, empañadas, feas.
probablemente necesitaba alguien que no la odie, alguien que le siguiera el hilo de las conversaciones, que le preguntase por cómo le había ido el día anterior, alguien con quien reír, con quien contarse una broma, con quien tomarse un café a media mañana.
a alguien que la vea ejecutar su don de mando, que sea testigo de ese falso respeto que algunos tenían por ella, ese temor, ese odio tácito.
ahora, lejanos los días en que caminé a su lado, no dejo de sentir nostalgia cada vez que paso por la puerta de donde aún labora...
y también algo de pena por aquella alma solitaria,
sola... y odiada

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